En la mayoría de los casos se ha demostrado que el mero hecho de acudir a un Psicólogo genera cambios positivos en la vida de las personas. El hecho de que esos cambios se mantengan y se consoliden va a depender de los años de evolución del problema que se trate, del nivel de implicación que la persona tenga en la terapia, de los conocimientos técnicos del profesional y del vínculo terapéutico que se desarrolle.
Es cierto que hay algunos casos en los que no hay una mejoría significativa, por lo que se tendrá que valorar el cambio de terapeuta y/o enfoque de la terapia, así como atender a las variables personales y del entorno del propio paciente que puedan estar manteniendo su rol de enfermo y su resistencia al cambio.
Asimismo no podemos olvidar que hay algunos trastornos psicológicos/psiquiátricos que son crónicos y que por su naturaleza podemos esperar una mejora de los síntomas y de la calidad de vida del paciente y de su entorno, pero no la desaparición total del problema.
Es importante que el profesional que le va a atender ponga a su disposición, toda la información que necesite para poder tomar una buena elección en este sentido. Tanto a través del curriculum publicado en la web, así como en la entrevista previa, son dos vías de conocer la trayectoria, formación y enfoque de su terapeuta.
No, no es lo mismo. El Psicólogo/Psicoterapeuta es Licenciado en Psicología, y es experto en Comportamiento Humano: emociones, pensamientos y conducta. El Psiquiatra es Licenciado en Medicina y especialista en Psiquiatría. Ellos pueden recetar fármacos frente a los Psicólogos que no están habilitados para ello. El Psiquiatra puede ser también Psicoterapeuta, siempre que tenga algún curso de especialización, dado que la mera Licenciatura no les habilita para la práctica de la Psicoterapia en sí misma.
Durante la terapia Psicológica, usted experimentará un proceso de cambio progresivo, de mejora, de aprendizaje, de consolidación de habilidades para enfrentar la vida de una manera más equilibrada, satisfactoria y saludable para usted y para su entorno.
Esta es una pregunta difícil de contestar, porque puede ser muy variable dependiendo de la persona y del problema que se trate. El término medio de una psicoterapia oscila oscila entre 1 año y 2 años, dependiendo de la gravedad y de la cronicidad del problema. En general el tiempo lo va a marcar la persona que acude, dado que cuando mejore y esa mejoría sea estable y duradera, necesitará dejar de acudir y será él mismo el que sugiera terminar con la intervención.
Asimismo en ocasiones el cierre de la terapia lo marca el propio terapeuta, cuando considere que los motivos de consulta y los objetivos programados se han conseguido y por tanto es hora de espaciar las sesiones y de programar el cierre de la misma.
Desafortunadamente si lo es, dado que hasta hoy en día, sigue habiendo muchos prejuicios y tabués entorno a la salud mental de las personas. Esto dificulta el acceso a este servicio y es por ello que muchas veces nos encontramos con personas con problemas cronificados y/o con muchas resistencias a hablar de si mismos y de lo que les ocurre. A medida que uno va teniendo sus sesiones, se va desarrollando el vínculo con el terapeuta, un clima de confianza y de máximo respeto, que permite que el miedo y la vergüenza vayan desapareciendo, para ir pasando a un estado de aceptación que nos va a permitir afrontar saludablemente la situación para poner una solución o mejorarla.
La relación es estrictamente profesional, está enmarcada en la prestación de un servicio sanitario de ayuda psicológica, y no tiene otros fines diferentes de éste. En nuestra labor profesional actuamos con rigor, profesionalidad y ética, bajo al amparo del Código Deontológico que rige las buenas prácticas en el ejercicio de nuestra profesión.
Los niños no suelen tener conciencia de que necesitan ir a un Psicólogo, es por ello que los adultos, educadores o bien cuidadores somos los principales responsables de velar por su salud no solo física sino emocional. Cuando detectemos que existe un problema o puede haberlo, estaría bien poder hablar con un experto acerca del tema en cuestión a solas sin la presencia del niño/a. Cuando decidamos llevarle a la consulta, efectivamente habrá que informarle a dónde va.
No es adecuado engañarle o bien no decirle nada, porque entonces su reacción puede ser desfavorable. Es aconsejable explicarle que vamos a ir a la consulta de un Psicólogo/a, si no sabe lo que es, explicarle que es el especialista en comportamiento y emociones y que va a ser el encargado a ayudarnos a solucionar el problema del que se trate. Estas sencillas palabras suelen ayudar a los niños a tener una información previa, sencilla y fiable de a dónde van a ir, y quien les va a atender.
No es aconsejable obligar a nadie a acudir a una terapia, se puede recomendar que venga a conocernos por primera vez y que luego pueda decidir por si mismo. En aquellos casos que no quieren acudir a la entrevista informativa, nosotros les aconsejamos que vengan solos, al menos podrán recibir información de qué hacer en estos casos así como recibir ayuda personalizada si así lo ven conveniente. Muchas veces se puede intervenir sobre los problemas de origen de una manera indirecta teniendo un buen resultado.