El divorcio de sus padres, la ansiedad frente a la escuela, los cambios fuertes, mudanzas, cambios de cole, la llegada de un nuevo hermanito… Todas estas son experiencias que dependiendo del niño y sus características, pueden llegar a generarles mucho estrés y sufrimiento. Sin embargo, cuando un niño se encuentra triste, no tiene todavía palabras que den sentido a lo que está sintiendo, por lo que podemos comenzar a verlo irritable, agresivo, agitado e incluso hiperactivo, esa es la forma que tiene para mostrarnos que se encuentra triste o que algo le sucede.