Sabemos que la adolescencia es un momento de muchos cambios, no solo fisiológicos sino también psicológicos. Muchos hablan de que se atraviesa una crisis. Tus emociones están a flor de piel, la relación con tus padres cambia, aumenta tu interés por los amigos, tus valores se reorganizan; aparece la necesidad de ser uno mismo, se empieza a reestructurar la identidad.